martes, 27 de enero de 2009

PACTO DE ESTABILIDAD Y CRECIMIENTO ECONÓMICO

La actual crisis financiera ha hecho replantearse muchos de los esquemas existentes. Para poder intentar retomar el entorno económico que se venía dando antes de esta crítica situación, los países se han visto obligados a aumentar su déficit presupuestario por encima del 3% de su Producto Interior Bruto, incumpliendo de este modo uno de los acuerdos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

ORÍGENES DEL PACTO DE ESTABILIDAD

El Pacto de estabilidad y crecimiento fue adoptado por el Consejo Europeo de Amsterdam, en 1997. Es un acuerdo entre los Estados miembro de la Unión Europea en relación a su política fiscal, cuyo principal objetivo es facilitar y mantener la Unión económica y monetaria de la Unión Europea.

El Pacto consiste en una supervisión fiscal de los países miembros y un régimen sancionador por el incumplimiento de las condiciones del mismo. Su adopción en 1997, es una fecha clave para el pacto, pues con su firma se pretendía asegurarse que para después de la entrada del euro, la continuación de la misma disciplina fiscal que se había establecido entre los países candidatos a la entrada en el euro seguían cumpliendo los denominados Criterios de convergencia.

OBJETIVOS

Los principales objetivos por los que este pacto fue creado son los siguientes:
- Prevenir la aparición de un déficit presupuestario excesivo en la zona euro tras la entrada del euro como moneda única y el establecimiento de su paridad fija con las distintas monedas nacionales.
- Garantizar una gestión sana de la hacienda pública de la zona euro, con el fin de evitar que una gestión poco cuidada de un Estado miembro repercuta en los otros modificando sus tipos de interés.
- Obtener la confianza en la estabilidad económica de la zona euro.
- Garantizar una convergencia sostenible y duradera de cada uno de los Estados miembro integrantes en la zona euro.

DÉFICIT PRESUPUESTARIO

Uno de los puntos clave que hay que tener en cuenta de este pacto es que la más ligera desviación en las políticas fiscales o en las cuentas de la hacienda pública va a suponer un toque de atención por parte de la Comisión Europea al país infractor.

El eslabón central de este plan de estabilidad es precisamente el tope de déficit presupuestario, situado en el 3% del PIB. Para que ningún país incumpla ninguno de los puntos del pacto, tras sobrepasar este porcentaje, reciben recomendaciones de rectificación que se convierten en la pertinente sanción en el caso de mantener un déficit presupuestario por encima del 3% durante más de dos años.


SITUACIÓN ACTUAL

En este entorno de inestabilidad económica los países se ven forzados a tomar medidas no lo suficientemente efectivas, con el fin de no endeudarse lo suficiente como para incumplir el pacto y tener que verse obligado a soportar el coste de la sanción.

Sin embargo, las políticas fiscales parecen la única solución factible para intentar salir de la crisis. La recesión ha provocado que los países recauden menos impuestos de los previstos, mientras que una mayor parte de los ingresos estatales iban destinados a las prestaciones sociales consecuencia del aumento del desempleo.

Una de las medidas adoptadas ha sido incurrir en un temporal déficit público, inyectando liquidez al sistema con el fin de poder reactivarlo. Por la necesidad de recurrir al déficit en situaciones del ciclo económico adversas es por lo que hay que replantarse la rigidez del pacto, que podría flexibilizarse en momentos de recesión. Esto siempre y cuando no se olvide que un déficit detrae la economía, encarece el crédito, deteriora la solvencia, produce una deuda a futuro, etc.

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